Promoción de actividad física en la primera infancia y COVID-19

Los niños y niñas están en proceso de desarrollo y dependen en mayor grado del entorno para regular sus emociones y sus conductas. Cuando este entorno cambia, como ocurre en el caso del confinamiento, se pueden detectar, con mayor probabilidad, dificultades en la regulación emocional y conductual, así como rezagos que se pudieran presentar en el desarrollo corporal y motor feliz en la primera infancia.

Los niños y niñas menores de 5 años, son una población vulnerable durante el confinamiento por el Coronavirus. Los padres y cuidadores, deberán evitar realizar cambios grandes en el desarrollo de actividades de la vida diaria de los niños y las niñas. Así mismo, promover entornos para el desarrollo de actividades físicas como el juego libre y el movimiento dentro del hogar. En estos momentos de la pandemia, es muy importante, aportarles pautas motrices para su mejor desarrollo psicomotor corporal ligado a la felicidad como uno de los principales objetivos de la política de la primera infancia, con el fin de que este tiempo de inactividad física no repercuta negativamente en la evolución natural del desarrollo en la primera infancia.

Los hábitos y las rutinas son una necesidad para los niños y las niñas pues les permiten regularse. Por esto, son especialmente sensibles a los cambios en los mismos. El confinamiento y la pandemia, conlleva un cambio significativo en las rutinas y hábitos, tendrá, con una elevada probabilidad un impacto superior en el desarrollo psicomotor de los niños y niñas.

Por lo anterior se proponen los siguientes mensajes y ejercicios para mejorar el desarrollo psicomotor de las niñas y niños:

  • Se debe recomendar incluir ejercicios para trabajar la coordinación y actividades que fomentan la interacción entre padres e hijos que permitan evaluar el estado evolutivo y emocional del niño.
  • Promover actividades con materiales como cartones, botellas de plástico, juguetes y ropa que ya no se use para trabajar la psicomotricidad fina, es decir, trabajo manual.
  • Realizar circuitos de coordinación dinámico general y óculo manual que se puede hacer por estaciones o en un trayecto rectilíneo en forma de ida y vuelta, es decir, andando de puntillas, talones, a gatas, en zig-zag o de forma lateral, e incorporando obstáculos, juegos, escondites, cuatro esquinas, sillas, estatuas, frío y caliente.
  • Proponer ejercicios por parejas, apoyándose como espejos, saltar y chocar; cambios posturales, bailes que siguen la coreografía de un adulto, ritmo con palmadas o imitar animales reales o fantásticos, entre otras posibilidades.
  • Juegos sensoriales y pautas de relajación: Las sesiones padres e hijos pueden concluir con técnicas de relajación, pintura, colorear, así como tumbados y abrigados, con música tranquila, respirando profundamente y tomando conciencia de partes del cuerpo que se verbalizan.
  • Puede ser útil crear un horario visual donde aparezcan las actividades que se realizarán a lo largo del día. Esto les puede motivar, implicar y poder consultar el horario con facilidad sin necesidad de que sea el adulto quien esté indicando e insistiendo en cada momento qué es lo que corresponde hacer.
    • Ejemplos de actividades de ocio: recetas, manualidades, rompecabezas, construcciones, mirar y leer cuentos, escuchar música y bailar, juegos de mesa, cantos motores (es decir que impliquen movimiento), juego simbólico e imaginario.
    • Ejemplos de actividades de autonomía: higiene personal, vestirse, recoger la habitación.

Otras recomendaciones:

  • Mantener sus horarios en la medida de lo posible y la estabilidad en los hábitos básicos: Los cambios en los horarios de sus necesidades básicas asociadas a sus ritmos biológicos (sobre todo sueño y alimentación).
  • La música se puede utilizar como recurso en momentos muy diferentes, algunos para actividades activas e interactivas y otros momentos para favorecer la relajación.
  • Motivar a los padres y cuidadores a tener en cuenta las necesidades de desarrollo psicomotor según la edad. Así, recalcar que los más chiquitos requieren estimulación de su motricidad gruesa y fina por medio de texturas, sonidos y movimientos.
  • Es fundamental visibilizar que los niños y niñas necesitan juego libre, sin reglas. La idea que se le puede transmitir a los adultos es que se permitan ser niños y jueguen a lo que el niño o niña en su hogar le proponga, en lugar de proponerle juegos demasiado estructurados. No necesariamente todos los juegos tienen moraleja o aprendizaje, jugar por jugar está bien.
  • Los pilares para la actividad física con la primera infancia deben ser el juego, la literatura, el arte y la exploración. Por lo tanto, puede ser interesante que los movimientos que se propongan en actividad física estén acompañados de historias para que sean más divertidos para los niños y niñas (componente literatura), que se incluyan elementos como los disfraces, la simulación de lugares en los espacios de la casa como, por ejemplo, construir un castillo en la sala (componente exploración), y facilitar que el juego sea un momento para la creatividad y la imaginación.

Importante: Evitar el uso y reducir el tiempo de pantallas (televisión, tabletas, móviles...) en niños en esta franja de edad.

  • Los niños y niñas menores de dos años no deben pasar tiempo delante de la pantalla de un televisor, celular o Tablet.
  • Los niños y niñas de dos a cuatro años no deben hacerlo más de una hora y deben estar acompañados por un adulto.
  • Niños y niñas mayores de 4 años, adolescentes y el resto de población debe reducirlo al máximo, no superando las dos horas seguidas.

Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios: declaraciones de buenas prácticas en niños, niñas y adolescentes:

  • Hacer algo de actividad física es mejor que permanecer totalmente inactivo.
  • Si los niños y adolescentes no cumplen las recomendaciones, hacer algo de actividad física resultará beneficioso para su salud.
  • Los niños y adolescentes deben comenzar con pequeñas dosis de actividad física, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad.
  • Es importante ofrecer a todos los niños y adolescentes oportunidades seguras y equitativas para participar en actividades físicas que sean placenteras, variadas y aptas para su edad y capacidad, y alentarlos a ello.
  • Los niños y adolescentes deben limitar el tiempo que dedican a actividades sedentarias, especialmente el tiempo de ocio que pasan delante de una pantalla.

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